Ayer me pase la mañana en un aula
de 3 años, 25 alumnos , muchos de ellos todavía no han cumplido los 3, un 10%
de la clase estaba llorando desconsoladamente, con su mochila colgada, porque
al mínimo gesto de intentar quitársela sus llantos se doblaban en intensidad y
desconsuelo, dos se habían hecho pipí encima, uno se le había escapado la caca.
Los 35 grados de temperatura no
facilitaban la tarea de tranquilizarlos, el olor, y el ruido tampoco, los niños
que no lloraban su miradas delataban que no entendían muy bien todo eso que
ocurría a su alrededor.
Mientras intento consolar en
brazos a Manuel y echarle un poco de agua en su cabeza empapada de sudor, en la
mía un bombardeo de preguntas
¿qué estamos haciendo? ¿qué
sentiría una madre o un padre, si viera así su hijo? ¿bajo que principios
estamos organizando la escuela? ¿hay necesidad de que pasen este mal trago?
¿esto es lo que llaman conciliación familiar? ¿afectará a algunos en su relación con la
escuela y con los estudios este comienzo tan dantesco de sus primeros días?
¿De qué sirve que en el siglo XXI
sepamos a ciencia cierta que la infancia es una de las etapas más importantes
para el desarrollo integral de la persona? ¿De qué sirve que en el DECRETO
428/2008, de 29 de julio, por el que se establece la ordenación y las
enseñanzas correspondientes a la Educación Infantil en Andalucía describan que
la finalidad de esta etapa es la de contribuir al desarrollo físico, afectivo,
social e intelectual de los niños y niñas, respetando los derechos de la infancia
y atendiendo a su bienestar?
Entre tanto follón una cosa si
tengo clara, se estará facilitando que los padres y madres podamos ir a
trabajar sin tener que hacer filigranas para adaptarnos a su adaptación, pero
mamá y papá tengan claro también que con
esta medida no se está contribuyendo NADA al desarrollo de los niños y menos
aún atendiendo a su bienestar; y que en algunos casos, gracias a dios no
todos, les marcará de por vida su relación con la escuela.
Y ni Juan ni Juanillo, ni como se
hacía antes, periodo de adaptación para todos aunque lleven ya 3 años en la
escuela y durante dos semanas, ni quitar de un plumazo un periodo necesario
para esos niños que por primera vez
entran en una escuela, que no deja de ser una institución demasiado grande para
su momento evolutivo.
Y quizás lo que tengamos que reivindicar como padres a nuestra
consejería de educación es que por
una vez atienda a sus leyes y si nos dicen en el preámbulo del decreto de
infantil:
“que la asistencia de niños y
niñas a los centros de educación infantil constituye uno de los mecanismos más
eficaces para asegurar la conciliación entre la vida familiar y laboral de sus
padres y madres”
y en su artículo 9.3 establezca literalmente
“Durante el período de
adaptación, especialmente en el primer ciclo, en el inicio del segundo ciclo y
en los casos de niños y niñas que se incorporan por primera vez al centro,
podrá modificarse el horario de permanencia en el mismo a fin de procurar una
mejor adaptación de los niños y niñas”?.
¡¡¡SEÑORES HÁGANLO!!
No es tan difícil establecer un mecanismo eficaz de conciliación que a
su vez respete el periodo de adaptación de estos niños de 3 años, quizás solo
es cuestión de un pequeño esfuerzo
económico durante ¡una semana! que le vendría muy bien a muchos técnicos de
infantil hoy en paro.
Realmente me has trasladado al momento...Chapó Marta
ResponderEliminarEn mi cole entran la primera semana en dos turnos de dos horitas por niño, repartidos en dos grupos por aula.
ResponderEliminarMua,
Eso es lo que hacían aquí en Sevilla en todo los coles, pero por presiones de las familias la Inspección la ha quitado de un plumazo, en vez de plantearse otras alternativas....
ResponderEliminar¿Dónde está tu cole?